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Órdenes de Sabiduría del Rito Francés: ¿para hacer qué?

Jean Charles Nehr

Dentro de la Francmasonería, lo que conocemos como altos grados constituye sin lugar a dudas la estructura más contestada a causa de lo poco que se sabe de ella.  Una gran parte de los masones la rechaza, experimentando una especie de reacción alérgica a causa de su cuestionada utilidad, o bien por no poder acceder a la misma; otra parte la acepta,  pero sin tener una medida exacta de todos los elementos que abarca. También es cierto que la discreción y cierta opacidad que rodea los altos grados no permiten hacerse una idea precisa sobre el tema.

Teniendo en cuenta lo que precede, el día 3 de septiembre de 1999, el Convento del Gran Oriente de Francia delegó en el Gran Capítulo General la facultad de administrar y supervisar el funcionamiento de los Capítulos de Rito francés, esto es, sobre los cuatro Órdenes que siguen y prolongan los grados simbólicos, Órdenes calificados a menudo, y de manera poco exacta, como altos grados.  El Rito francés venía así a renacer en su totalidad, tras una desaparición del Gran Capítulo General que se prolongó más de 150 años. La decisión pareció apuntar a la creación de una nueva organización de altos grados,  ¡como si no fueran suficientes los ya existentes! A partir de esta fecha, el Gran Capítulo General (G.C.G.) ha conocido un desarrollo rápido; más de noventa Capítulos creados, cerca de dos mil Maestros masones 1 comprometidos con esta hermosa aventura, vienen a demostrar el alcance del interés con que los Maestros masones han recibido esta iniciativa. Ambos fenómenos, la opacidad de las estructuras de altos grados, y el crecimiento del Gran Capítulo General por otro, parece que piden un esfuerzo tanto de explicación como de información. Los Maestros masones tienen derecho a una exposición clara, completa y transparente sobre qué es lo que proponen los Capítulos del Rito francés. Han de abordarse para ello tres cuestiones: ¿Tiene alguna utilidad emprender un camino masónico tras el grado de Maestro? En caso afirmativo, ¿cuál es la nueva ruta materializada por el Gran Capítulo General del Rito francés desde el punto de vista de las estructuras existentes? ¿Cuál es el contenido simbólico y ritual?

Utilidad del camino masónico que existe una vez alcanzada la Maestría

Todos los masones saben que el nacimiento de la Masonería en Francia vino acompañado en un primer momento por la eclosión de un buen número de grados más allá del de Maestro, grados denominados altos grados. Tal eclosión experimentará una inflación prodigiosa; en la obra Tuileur Général de la Franc-Maçonnerie, en 1862, Ragon cita aproximadamente 1400 altos grados practicados en más de cien sistemas distintos. Tal cantidad ingente de grados tiene una sencilla explicación: desde el siglo XVIII, y más o menos hasta 1850, los masones estaban convencidos de que la Masonería detentaba un secreto; como no lo encontraban una vez obtenido el grado de Maestro, se consideraba simplemente que el secreto en cuestión debía encontrarse un poco más allá, razón por la que se crearon los altos grados. Por supuesto, pronto todo el mundo se dio cuenta de que el secreto de la Masonería radica en que no hay ningún secreto. Así, la burbuja de los altos grados se desinfló y únicamente algunos sistemas perduraron, existiendo en nuestros días.

Si el movimiento se demuestra andando, podemos afirmar que la utilidad de un camino masónico tras la Maestría queda a su vez demostrada por el hecho mismo de su propia existencia. En la actualidad, son varias las razones que explican tal utilidad: La necesidad de profundizar, de hacer más preciso y completar el trabajo llevado a cabo por los talleres simbólicos; también el deseo de ampliar el marco de los trabajos y fraternidad mediante una transversalidad construida entre logias. Resulta claro que el funcionamiento de las logias simbólicas no permite atender estas exigencias : la pesadez de los trabajos administrativos, las necesidades que dimanan de los trabajos simbólicos e iniciáticos, hacen que el tiempo falte a menudo para llegar hasta el fondo de las cuestiones objeto de estudio. Igualmente, la práctica demuestra que no es posible hacer funcionar de manera duradera y correcta los trabajos llevados a cabo entre diferentes logias, en el grado de Maestro, si no es mediante una estructura ritual y simbólica lo suficientemente fuerte y motivadora.

La recreación del Gran Capítulo General de Rito francés supone una respuesta a esta demanda. No deja de ser cierto que ya hay otras estructuras análogas, pero también es verdad que los Órdenes de Sabiduría del Rito francés constituyen un planteamiento específico por sí solos, descansando sobre dos ideas fundamentales: el Gran Capítulo General es el del Gran Oriente de Francia, es decir, ha de respetar sus principios fundacionales;  y no está integrado por altos grados, superiores al grado de Maestro,  sino por una progresión que va más allá de la Maestría, nunca por encima. Estos dos principios encuentran pleno acomodo en el seno de la estructura del Gran Capítulo General y también dentro de su contenido ritual y simbólicos.

La estructura del Gran Capítulo General

El Gran Capítulo General de Rito francés es el Gran Capítulo del Gran Oriente de Francia. Esto significa en primer lugar que es parte integrante del Gran Oriente de Francia, aunque sea autónomo entendiendo tal autonomía dentro del marco de una delegación de la gestión y de la administración que le ha sido confiada sobre los Capítulos propios. A modo de  corolario, todo lo anterior quiere decir también que el Gran Capítulo General tiene el mismo objeto que el propio Gran Oriente de Francia respecto a los grados simbólicos, a saber: trabajar en la mejora material y moral, en el perfeccionamiento intelectual y social de la humanidad. El artículo 9 del Reglamento General del Gran Capítulo General precisa: Las instituciones del G.C.G. del Gran Oriente de Francia se ajustan al espíritu de la Masonería progresiva del G.O.D.F. Tanto es así que en cada Consejo de Capítulo se da lectura al artículo primero de la Constitución del G.O.D.F. El significado que se puede extraer no es otro que los trabajos de los Capítulos ambicionan no perder de vista en ningún momento la construcción del Templo exterior, esto es, la reflexión y la acción con vistas a promover la elaboración y realización de un humanismo adaptado a las exigencias de nuestra sociedad actual. Cuanto se ha dicho implica que los Capítulos de Rito francés son incapaces de complacerse con vagas especulaciones pseudo filosóficas, o con la búsqueda de eventuales y pretendidos estados superiores de consciencia que, además, nadie es capaz de definir con claridad.

El segundo principio fundamental reafirmado por el Gran Capítulo General es el de la libertad absoluta de conciencia de cada masón y, por parte de sus estamentos, el respeto de los textos fundamentales del G.O.D.F. (Artículo 2, del R.G. del G.C.G.). El G.C.G. no es, en consecuencia, ni deísta, ni materialista, ni espiritualista… Sencillamente se identifica con un conjunto de valores y un humanismo de carácter laico y republicano.

Por otra parte la gestión del G.C.G. es idéntica a la del Gran Oriente de Francia: mandatos electivos limitados en el tiempo, responsables elegidos por los Capítulos, gestión transparente y asegurada por el ejercicio democrático. No sucede lo mismo que en otras estructuras,  en donde el poder es detentado por quienes poseen los grados más elevados,  produciéndose una confusión entre la jerarquía iniciática y la administrativa.

Por último, las condiciones de incorporación de los miembros de los Capítulos son muy claras: al igual que todo Aprendiz masón tiene la vocación de llegar a Maestro,  todo Maestro ha de poder seguir el curso trazado por los Capítulos de Rito francés, siempre y cuando tal sea su voluntad, sea también activo y tenga experiencia. Debe destacarse asimismo que las condiciones de antigüedad fijadas para la admisión y progresión en el Rito francés son las mismas que las establecidas en otros ritos.

Continuará el próximo miércoles.

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